Julio Luis Pérez, vicepresidente de la UD Tenerife, analiza la situación de la cantera tinerfeña
Disponer de un primer equipo en Liga F y sus respectivos filiales en Primera RFEF y Segunda RFEF es una bonanza deportiva que tan solo dos conjuntos pueden presumir de ello en la presente temporada: C. Atlético Femenino y Athletic Club. A este selecto y exclusivo grupo podría sumarse el UD Tenerife.
El club canario goza de una gran salud deportiva por lo que a su primer equipo se refiere, el Costa Adeje Tenerife Egatesa, pero también puede presumir de formar una de las estructuras deportivas más consolidadas en categoría nacional.
Aunque la pasada campaña descendió el filial tinerfeño de Primera a Segunda RFEF, el conjunto dirigido por Antonio González mantuvo parte del bloque del curso anterior y se ha vuelto a plantear el objetivo de competir en el segundo máximo escalón nacional a partir de la próxima temporada. Al primer filial, se le debe sumar el tercer equipo del club, compitiendo bajo la estructura deportiva de la UD Tenerife por segunda temporada en Tercera RFEF, tras cerrarse un acuerdo de unión junto al UD Geneto. Agrupado en el grupo 6 de la cuarta categoría nacional, la UD Tenerife C lucha por cerrar el curso también con ascenso, en este caso a Segunda RFEF.
“El año pasado nos descendieron porque la RFEF se empeñó en hacer la Primera RFEF de 14 equipos. Si la hubiera dejado en 16 equipos como todos los clubs exigíamos, hubiéramos salvado la categoría. Este año estamos demostrando que no merecíamos el descenso de categoría el año pasado”, valora el vicepresidente de la UD Tenerife, Julio Luis Pérez.
La positiva reacción al descenso del curso anterior se debe en parte a mantenerse la columna vertebral del equipo del año pasado.”Este año se ha logrado mantener la base, dotando el equipo de experiencia, pero también trayendo jugadoras con mucha proyección y muy jóvenes. El objetivo es crear cantera para el primer equipo”, recalca.
Nutrir el primer equipo con jugadoras de la base es una de las ramas que ya se está consolidando en la filosofía del club y fundamentos que refuerzan tal política deportiva es la reciente renovación de una de las mayores promesas en la entidad hasta 2027: Ainhoa Delgado. Bárbara Martínez o Bogg Larsson también son jugadoras del filial que han entrado en dinámica de primer equipo esta temporada.
La bonanza deportiva de la UD Tenerife no oculta la gran dificultad y hándicap que supone en el club no disponer de una instalación deportiva propia. El primer equipo compite en Adeje y los filiales desarrollan el curso en La Esperanza. “No es sencillo competir a 100 kilómetros de distancia entre la instalación del primer equipo y la de los filiales. Los horarios son complicados y a corto plazo es imposible tener todos los equipos en un mismo campo. No es sencillo para un club como el nuestro que no dispone de instalación propia y como mucho se sumaría un conjunto Infantil la próxima temporada, aunque la decisión no está tomada todavía”.
400.000€ de presupuesto para la cantera
Disponer de un filial en Segunda RFEF y un tercer equipo en Tercera RFEF no es una carga sencilla de llevar a cabo. La UD Tenerife C acumula la segunda temporada integrada en la estructura deportiva del club tras cerrarse un acuerdo con la UD Geneto, asumiendo todos los gastos que supone competir en Tercera RFEF. “Los desplazamientos no se nos subvencionan y supone unos gastos superiores a los 400.000€. Para nosotros es muy complicado mantener un conjunto en Segunda RFEF y no nos planteamos ahora mismo un presupuesto para dos conjuntos, ya que el curso aún no ha acabado. Se debe valorar todo a partir del mes de junio, según el desenlace del año”, pronuncia Pérez en Futboleras.
Viajar prácticamente cada 15 días a la Península es una situación que desde la UD Tenerife defienden que la Federación Española debería reflexionar de cara al futuro. “La RFEF debería valorar mejor y premiar los méritos deportivos que tenga un equipo. No merecemos un trato discriminatorio por tener un equipo profesional. Se debe trabajar mejor”.
Un futuro ascenso por partida doble a final de temporada, garantizaría el ascenso deportivo de categoría, aunque posteriormente el club valoraría las opciones económicas para inscribir ambos equipos en Primera y Segunda RFEF, o mantener el segundo filial en Tercera: “Se debería estudiar”.
