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Itziar Pinillos: la reinvención de una promesa

LA ENTREVISTA
13/10/2020 | Andrea Menéndez Faya
La joven madrileña vuelve a los terrenos de juego después de 350 días de lesión, y lo hace con la misma ilusión con la que debutó en el Atlético de Madrid con 16 años o cuando ganó el Europeo Sub-19
Itziar Pinillos: la reinvención de una promesa
Reex.pro - Fotosport.es
La futbolista que todos querríamos haber sido vestiría la camiseta de la selección de su país, con la que seguro ganaría Europeos y Mundiales. Jugaría en un grande, en el que se habría formado desde la más baja cantera hasta llegar al primer equipo. Debutaría joven en la máxima categoría y estaría considerada desde bien pronto una de las mayores promesas del panorama deportivo nacional. En muchos sentidos, la futbolista que querríamos haber sido se parecería mucho a Itziar Pinillos (Madrid, 2000), defensa del Madrid CFF, criada y formada en el Atlético, Campeona de Europa con la selección Sub-19, de España con la selección Madrileña Sub-18. Es la cara de una moneda que lleva dos cruces en forma de cicatriz en su rodilla izquierda. Pero la vida, ni con esas, ha logrado quitarle la sonrisa y el amor supremo a este deporte.

Ya puedo decir por fin que estoy recuperada y en proceso de volver a mi mejor rendimiento. 

350 días después, un camino que ya de por sí es largo pero que a Itziar, que ya lo conocía cuando hace 3 años tuvo la primera lesión en la rodilla, se le ha prolongado en exceso por el bache del confinamiento:

Casi un año sin jugar entre unas cosas y otras. Habíamos hecho algún amistoso en pretemporada, pero volver a la competición es distinto. Este fin de semana ya tenía esas mariposas, el nerviosismo por saber que vuelves a jugar. Son sensaciones diferentes. No solo por la lesión: el equipo también llevaba mucho parado, es un cúmulo de muchas situaciones raras. En el confinamiento tenía dolor en la parte externa de la rodilla, y al terminar tuve que volver a pasar por quirófano. Fue una rehabilitación muy complicada, pero siempre he tenido los mejores medios, videollamadas con preparadores físicos, con cuerpo técnico, todo el mundo muy pendiente… la falta de fisioterapia y de movilidad complicaron las cosas. Pero por fin ha pasado.

La formación de Itziar Pinillos comienza en la cantera del Atlético de Madrid, y desde el momento en el que entra en la dinámica de entrenamiento del primer equipo se la considera una de las perlas del fútbol femenino español, con un gran potencial y una proyección internacional en las categorías inferiores de la Selección Española. Debutó en Primera Iberdrola con el primer equipo colchonero con tan solo 16 años. Pero jugar en el primer equipo del Atlético de Madrid, en Primera Iberdrola, es una pieza que se vende muy cara.

El Atleti es el club que me ha criado y me lo ha enseñado absolutamente todo, y estaré eternamente agradecida a esa etapa. Pero jugar en el primer equipo es muy difícil. Cada vez hay más fichajes, mejor gente, mejores jugadoras, y es un salto muy grande. En ese momento no existía Reto Iberdrola, que ahora hace el paso más pequeño, aunque sigue siendo muy grande. Hay tan buenas jugadoras en el primer equipo del Atlético de Madrid que, siendo tan joven, es tremendamente complicado llegar a afianzarse en esa plantilla. Aún así tuve mis minutos y la suerte de coincidir con jugadoras a las que admiro, veteranas, que me enseñaron un montón de cosas durante los dos años que pude entrenar con ellas.

Itziar Pinillos en el Wanda Metropolitano

Y, entonces, la mirada al lado, a otro equipo de la capital, el Madrid CFF que ha conseguido convertirse en una institución importante dentro del fútbol femenino español. 

El Madrid apostó por mí, empecé jugando, y después tuve la mala fortuna de lesionarme. Pero estoy muy contenta en el club. Tengo la oportunidad de jugar pero también entrenar y formar a niñas de la cantera. Una cantera muy importante donde cada año salen más niñas, mejores, y con las cosas más claras. Tengo la suerte de poder llevar un equipo, de verme reflejada en esa ilusión que tienen las pequeñas de llegar al primer equipo.

Hace meses la imagen de una de las más pequeñas canteranas del Madrid CFF, cazada por el objetivo de Lalu Albarrán, se hizo viral: lloraba porque no quería salir al campo de la mano de un icono de nuestro fútbol como Alexia Putellas. Ella era del Madrid CFF. No entendía por qué tenía que cederle protagonismo a un rival como el FC Barcelona. En su mente y su corazón no hay nada más importante que su club.

Se llama Daniela, y es una de mis peques chupetines. Tengo la suerte de entrenarlas a ellas y a un infantil. Se hizo viral esa imagen, pero no es el único día que ha salido llorando porque no quiere ir de la mano de otra jugadora: ella quiere ir con las del Madrid. Desde muy pequeñitas empiezan a sentir ese amor por el escudo y el club. Daniela tenía cuatro o cinco años en esa foto, este año pasa al prebenjamín y va a seguir jugando, y espero que se convierta en una gran jugadora en el club que ama.
 
En la historia reciente, el Madrid CFF nos tiene acostumbrados a sus sacudidas del mercado. El pasado enero incorporaron a varias jugadoras extranjeras, desconocidas en su mayoría, que aportaron un plus de competitividad a un equipo mermado por lesiones de gravedad y sacarlo de la zona de peligro. Este año, se han hecho con talento veterano para no correr riesgos.

Los fichajes del mercado invernal de la temporada pasada fueron muy acertados, parecían una solución para cubrir las bajas por fichajes pero dieron un rendimiento excepcional para el equipo. Este año tenemos figuras como Priscila o Joyce, gente con experiencia que da equilibrio al equipo entre juventud y madurez. Espero que sea un buen año, el resultado final se decidirá en pequeños detalles y los estamos corrigiendo mucho, el cuerpo técnico está muy encima para corregirlos. Tenemos grandes expectativa de que esto siga creciendo y, sobre todo, que podamos terminar la liga. Estamos muy centradas en lo que queremos. 

Itziar Pinillos, Madrid CFF

La situación sociosanitaria de Madrid es preocupante. También la política. También la deportiva. Sera una temporada larga y hay una niebla de dudas entorno a cómo la vivirán los equipos de la capital. 

Tenemos que tener mucha conciencia, saber dónde estamos, respetar las distancias de seguridad, las pautas que nos han ido marcando e intentar no contagiarnos y no contagiar. Vivimos toda esta situación con mucha cautela. Queremos jugar, y tenemos que tener mucho cuidado y mucha cabeza. En mi caso, además, compagino la actividad deportiva con mis estudios de TAFAD. En clase somos pocos, y TAFAD implica mucho contacto, pero en la Politécnica estamos teniendo mucho cuidado, los juegos y actividades los hacemos en grupos reducidos y con mucha precaución. Tengo más posibilidad de contagio, estoy más expuesta que otras jugadoras, pero se trata de cumplir las normas y respetarlas lo máximo posible para que no afecten a mi vida personal o a la parcela deportiva.

Después de 350 días sin hacer lo que más le gusta, jugar al fútbol, arranca una etapa de volver a engancharse al balón y no soltarlo. Es un reto personal, una motivación más en una carrera que, con 20 años, promete grandes tardes de gloria en el terreno de juego. 

Lo primero es volver a mi mejor yo. Quiero que esta sea la temporada en la que más pueda rendir hasta ahora. Tengo que buscar el máximo rendimiento después de estar tiempo sin poder disfrutar del fútbol, que es algo que me apasiona, que me hace estar súper alegre todos los días. El fútbol es lo que me da un por qué de levantarme cada día y de seguir y seguir esforzándome para conseguir nuevos objetivos.

Esos objetivos, traspasada la puerta del club, pasan por volver a la Selección Española, con el ojo en el Mundial Sub-20 de enero. Con la Medalla de Oro del Sub-19 en un lugar privilegiado dentro de su palmarés, esperando ser acompañada en breve por un metal a su altura.
 
Ojalá esta temporada pueda mantener el rendimiento para ir convocada y aportar al equipo. Eso es lo primero. Si el seleccionador lo considera, será un honor tener la oportunidad de disputar un Mundial. El Campeonato del Mundo es algo que se vive diferente, es un peldaño más, y espero estar preparada para ello en enero. 

El camino ha sido largo, y, a menudo, tortuoso. Pero Itziar no pierde el objetivo de la meta. Su tiro está fijado en convertirse ya no en una promesa de nuestro fútbol: en una consagración. Una jugadora que fue retrasando su posición hasta convertirse en lateral, que debutó joven, que se levantó tras dos lesiones de gravedad, y que sigue en pie esperando a demostrar que el fútbol a veces te lo pone difícil para que le demuestres cuánto estás dispuesto a apostar por él. 

Yo tengo las cosas muy claras: el trabajo da sus frutos. El mío dará sus frutos cuando tenga que darlos. Tengo que seguir trabajando día a día, esforzándome por ser cada vez un poco mejor y no perder la perspectiva. 

Itziar Pinillos Selección Española

La futbolista que a todos nos hubiera gustado haber sido, habla así. Y en el guion perfecto de una historia con microtensiones de superación dentro, siempre acaba por alcanzar el objetivo. No se podría entender otro final. La veremos en enero.
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