El FC Barcelona femenino lidera con autoridad tras 14 jornadas, mientras la pelea por Europa y la permanencia dibuja una segunda mitad de temporada sin margen de error.
La primera mitad de la temporada en la Liga F deja una fotografía clara y matizada: un líder sólido que ha marcado el ritmo desde el inicio y, al mismo tiempo, una competición donde cada punto cuenta en la carrera por Europa y en la lucha por evitar el descenso a Primera Federación.
El
FC Barcelona femenino cierra la primera vuelta como campeón invernal tras
firmar un arranque casi perfecto y llega al parón como líder indiscutible del campeonato, con siete puntos de ventaja sobre el
Real Madrid femenino y
un balance de 13 victorias en 14 jornadas. Las azulgranas han vuelto a imponer su dominio con solvencia, incluso en un contexto marcado por la plantilla corta y las bajas de peso en los últimos meses. Las ausencias de jugadoras como
Patri Guijarro o
Aitana Bonmatí no han alterado la fiabilidad de un bloque que mantiene automatismos muy consolidados y una identidad competitiva clara. En ese escenario ha destacado de nuevo
Ewa Pajor como referencia ofensiva, mientras que las jugadoras más jóvenes como
Vicky López o
Carla Julià han dado un paso al frente, reforzando la idea de que el conjunto azulgran no solo domina el presente, sino que sigue construyendo futuro sin perder competitividad.
El Real Madrid femenino, segundo clasificado, sigue siendo la
alternativa al dominio catalán, aunque la distancia actual debido a dos empates y dos derrotas ha obligado a las de Pau Quesada a
mirar más hacia la regularidad que hacia una persecución directa del liderato. El gran rendimiento de una
Linda Caicedo cada vez más determinante, junto a la calidad, llegada y experiencia de
Caroline Weir y
Sara Däbritz, y la mejor versión de Misa Rodríguez bajo palos, han sostenido al equipo a lo largo de esta primera vuelta del campeonato.
La
Real Sociedad femenina se ha asentado como el actual tercer clasificado tras firmar un
gran arranque de temporada bajo las órdenes de Arturo Ruiz. El conjunto txuri-urdin ha encontrado una continuidad competitiva que le permite sostener resultados semana tras semana, apoyado en una estructura coral y en el rendimiento estable de sus líneas. Por detrás aparece el
Atlético de Madrid femenino, cuyo paso por el ecuador de la temporada deja
sensaciones más irregulares. Las rojiblancas han visto cómo una derrota y dos empates en los últimos tres encuentros ligueros les han hecho perder terreno en la carrera europea, quedando momentáneamente fuera de las posiciones continentales.
Este frenazo de las de Victor Martín ha comprimido la zona alta de la tabla, con
Costa Adeje Tenerife femenino y
Sevilla femenino a solo dos puntos, y el
Madrid CFF femenino a tres, todos ellos al acecho de una cuarta plaza que promete una batalla intensa hasta el final del campeonato. Pese a ello, el conjunto colchonero mantiene recursos suficientes, experiencia y calidad individual para reengancharse a la pelea si logra recuperar la regularidad en la segunda vuelta.
En la zona media de la clasificación se concentra otro de los bloques más interesantes del campeonato, formado por equipos que han encontrado una estabilidad competitiva suficiente para alejarse del peligro inmediato, pero que siguen sin margen para desconectar.
Athletic Club femenino,
Espanyol femenino,
FC Badalona femenino y
Eibar femenino integran un grupo compacto que refleja bien la igualdad de la Liga F. Las bilbaínas continúan fieles a su identidad, apoyándose en una base joven y de cantera que les permite competir con regularidad, mientras que las pericas han sabido construir un proyecto sostenido por la experiencia. El conjunto dirigido por Marc Ballester, por su parte, ha encontrado equilibrio entre talento y oficio, convirtiéndose en un rival incómodo para cualquiera, y las armeras mantiene su línea ascendente gracias a un bloque trabajado que combina juventud y experiencia.
Más abajo, la clasificación entra en una fase crítica donde la lucha por la permanencia marca el ritmo de cada jornada. El
Levante femenino cierra la tabla 2 puntos en 14 jornadas, una situación delicada que obliga al conjunto granota a reaccionar de inmediato si quiere evitar un desenlace prematuro. Algo más de margen tiene el
DUX Logroño femenino, con seis puntos, aunque su situación sigue siendo comprometida y cada encuentro se presenta como una final en la pelea por salir de la zona roja. Al filo del descenso se sitúa el
Alhama El Pozo femenino, con nueve puntos, inmerso en una batalla constante por mantenerse a flote en su regreso a la categoría. Con algo más de oxígeno aparecen
Deportivo ABANCA femenino y
Granada femenino, ambos con 13 puntos, que han logrado abrir una
pequeña brecha respecto a la zona peligrosa y acercarse a la zona media, aunque sin margen real para la relajación.
En este contexto, la segunda vuelta se perfila como un ejercicio de resistencia y regularidad, donde cada punto puede resultar decisivo en una Liga F que no concede tregua y en la que las plazas de acceso a Europa y la permanencia se decidirán, previsiblemente, por detalles mínimos.