La capitana azulona cuelga las botas a los 30 años tras más de 400 partidos y 196 goles
Ser capaz de jugar más de 400 partidos defendiendo la misma camiseta es un hito que muy pocas jugadoras pueden decir y presumir de ello. Porque sí, se debe presumir de ello. Porque muy probablemente se hayan presentado oportunidades para cambiar de aires, pero tu corazón era propiedad de un único amor, en este caso el
CF Igualada que milita en
tercera federación.
Marina Salanova (1995) ha colgado las botas en la finalización de la temporada 2024 – 2025 tras 18 campañas en el club catalán – 16 en el primer equipo -, más de 400 partidos, en tres categorías diferentes y 196 goles anotados. Era la ‘10’. La capitana. Y estas cifras hablan por sí solas de la grandeza que ha supuesto la trayectoria Salanova en el Club.
La ya exjugadora azulona repasa para Futboleras los momentos que más ha sentido en sus casi 20 años en el Municipal de Les Comes, las posibles espinas que le hayan quedado clavada y la evolución y futuro del club a nivel de fútbol femenino.
Marina Salanova, exjugadora del CF Igualada. Imagino que un poco extraño a la vez que difícil hacerse la idea todavía.
Ha sido una decisión muy meditada y reflexionada desde hace ya varios meses. Es extraño sentirse exfutbolista.
En las últimas temporadas se han retirado jugadoras de la talla de Alba Gordo en el Seagull, las hermanas Pili y Andrea Porta en el Europa, Núria Sala en el Vic Riuprimer también este mismo año…jugadoras ‘One Club Women’ que habéis marcado una generación en los últimos 15 años, pero que por desgracia tiene fecha de caducidad.
Al final es la vida. El fútbol nos ha dado mucho y hemos sido muy felices haciendo lo que más nos gustaba, pero más allá del balón hay vivencias espectaculares por hacer. Seguro que sí.
¿Con qué recuerdo de la trayectoria en el CF Igualada se queda Marina Salanova?
Uff. Cuesta mucho quedarse con un único recuerdo, ya que cada año ha tenido una vivencia especial, pero ahora pienso en mi debut con el primer equipo con apenas 13 o 14 años cuando jugábamos en el anexo y con gol incluido. Incluso tengo además la imagen guardada en el memoria de cómo entró el balón en la portería y la jugada.
Más recientemente, en Tercera RFEF, guardo con cariño el regreso a la categoría que fue increíble hace dos años. Un partido espectacular con el Municipal de Les Comes prácticamente lleno y una victoria espectacular contra el SE AEM B…tengo muchos recuerdos en el Igualada, un club de referencia en el fútbol catalán y es difícil quedarse con un único recuerdo.
¿Ha tenido la oportunidad de iniciar nuevos proyectos más allá de Les Comes?
Sí. De mayor no tanto, pero cuando era más joven recibí la llamada de Barça, Espanyol o Levante Las Planas. A pesar de todas las ofertas, mi decisión era muy clara: defender el escudo de mi club, el de casa. Es el lugar donde me siento mejor y no me veía con ninguna otra camiseta que no fuera la del Igualada.
Igualada y Vic sois los dos clubs lejos de Barcelona y su zona metropolitana que con proyectos muy arraigados a sus municipios consolidándose el fútbol femenino desde hace años.
100%. Igualada es la capital de la comarca, pero tenemos jugadoras de toda la comarca e incluso de otras zonas como Manresa y otros municipios del Bages. Tenemos muchísimas jugadoras de fuera de la ciudad y nos tienen como una referencia.
¿Se recuerda desde el primer equipo a la base la dificultad que tiene para un club mantenerse en categoría nacional?
Yo cuando empecé, habían únicamente dos categorías de fútbol base, además del primer equipo. No había más. Ahora en el Igualada hay 11 equipos de fútbol base y en todos los conjuntos hay jugadoras con la ilusión de llegar algún día al primer equipo y mantener el club en la categoría, o incluso ascender.
¿Tenía claro Marina Salanova que esta temporada sería el último año?
Sí. De hecho, la pasada temporada ya había alguna duda sobre si sería la última campaña, pero desde el inicio de este año ya estaba tomada la decisión que sería la última.
¿Alguna espina clavada que le haya quedado en su trayectoria?
La única espina clavada es haberme quedado a las puertas de los 200 goles con el primer equipo. He marcado 196. Soy la máxima goleadora del club, tanto a nivel masculino como femenino y eso dice mucho.
A nivel de equipo hubiera sido posible aspirar a mucho más. El Igualada podría estar mucho más arriba de lo que está. Ojalá la motivación de la Junta pueda ir más allá para ver el Igualada en categorías superiores.
¿Cuál ha sido el trato?
Las diferencias entre el primer equipo femenino y el masculino siempre han estado. Hace seis años, pagábamos una cuota como si fuéramos un conjunto de fútbol base. Ahora ya no se paga y se abona la gasolina en los desplazamientos. Yo nunca he cobrado por jugar a fútbol y los chicos, sí. Aún quedan muchos pasos para igualarnos.
¿Seguirá vinculada con el club?
Seré una aficionada más en la grada, llevando el escudo y el club allá donde haga falta. Nunca he sido entrenadora ni tampoco me planteo entrenar. De momento no me veo en los banquillos. A mí me divertía jugar en el campo.