La jugadora del Rayo Vallecano llegó en 2018 para debutar en España y demostrar su capacidad goleadora en Primera Iberdrola
La futbolista venezolana con olfato de gol. Es la máxima anotadora del equipo y además de destacar en Primera Iberdrola, también lo hizo en el fútbol latinoamericano. Antes de dar el gran salto a Europa, Oriana disputó en más de cinco ocasiones la Copa Libertadores, obteniendo en dos ediciones la estatuilla de goleadora.
La jugadora de 27 años sueña con alcanzar el mundial junto a la selección venezolana. Agradecida por cada anécdota que le ha regalado el fútbol, jamás se imaginó que estaría jugando en la máxima competición española.
¿Cómo fue tu experiencia en la competición venezolana?
El Caracas es uno de mis clubes principales porque gracias a ellos pude salir internacionalmente a jugar la Copa Libertadores, una competición que se juega en Latinoamérica en la que participan los equipos campeones de cada país. En Caracas aprendí muchísimas cosas, me enseñaron y crecí semi profesionalmente, porque allá todavía profesionalmente es mentira. Ese club es una institución muy buena.
Y después llegas a los torneos de otros países, ¿cuáles son esas sensaciones?
Sí bueno, primero salí a Uruguay, jugué seis meses allá y fue el primer país que me abrió las puertas. Siempre estaré agradecida con toda la gente de ese lugar, fue una bonita experiencia, fuimos también a Copa Libertadores y campeonas en el torneo nacional. Después jugué en Colombia, que fue el segundo país que me abrió las puertas, jugué dos temporadas con el equipo y una Libertadores. Con la gente colombiana encantada porque gracias a ellos pisé España por primera vez, vinimos para jugar un partido frente al Atlético de Madrid, en 2017 si mal no recuerdo.
Fuiste goleadora en la Copa Libertadores en dos ediciones, ¿sentías algo de presión?
Bueno, yo creo que siempre para las goleadoras o los que juegan de ‘9’, estará ese poquito de temor y es un trabajo extra que tenemos que dar, ya que muchos equipos dependen de las goleadoras, pero al fin y al cabo, es un trabajo bonito y complicado a la vez. También es necesario tener un poco de paciencia cuando no anotas, pero debes seguir trabajando, no darte por vencido. Ser goleadora de ese torneo es la mayor satisfacción, es una competición muy buena y estoy orgullosa por esos logros.
¿Cuántas veces participaste en la Copa Libertadores?
¡Uf! Entre siete y ocho temporadas he jugado ese torneo.
Después viene el salto a España, ¿cómo ha sido ese cambio y qué diferencias has encontrado?
Sí, es un cambio super complicado, porque como tú dices, hay mucha diferencia. Yo creo que en Latinoamérica hay muchos países que les falta integrar el profesionalismo, por lo menos hay un torneo brasileño que sí es bueno, la competición colombiana estaba dando sus pasos hacia arriba y después decayó. La diferencia es que aquí en España es más continúa, a pesar de que está un Barça y un Atlético de Madrid que siempre están por delante de muchos, igual hay equipos que también son competitivos, pero cada fin de semana es una final, sentimos que todos los partidos son de tú a tú, y muchos equipos también lo sienten.
De hecho, en la primera parte de la temporada le empataron al Barça.
Sí, tal cual. Primero empatamos aquí en el estadio de nosotras y después fue 3-1 allá. Eso es una superación porque imagínate que nosotras, antes de empezar la pretemporada, ya nos daban por descendidas. Pero trabajamos calladitas y después los números hablan por sí solos.
¿Les afecta esos comentarios?
La verdad es que cuando llegan, muchas dicen que: ‘estamos acostumbradas oír esas cosas, nosotras a trabajar y ya está’. Eso nos sorprendió, porque si a las latinas nos dicen algo así, es como ¡uf!, ya quiero jugar contra los equipos. Y la verdad me sorprendió las españolas, super tranquilas. Y bueno, gracias a Dios, hasta el momento se no ha dado bien las cosas.
¿Ahora te sientes una jugadora profesional?
En lo particular me falta crecer profesionalmente, pero ya estando en este torneo me siento muy orgullosa, porque nunca pensé llegaría a jugar en España. Es una sensación de orgullo de poder estar acá, quiero seguir creciendo como persona y como futbolista.
Eres la goleadora del equipo, ¿cómo trabajas para continuar en este camino?
Particularmente me gusta trabajar un poco más porque, como te dije anteriormente, muchos equipos dependen de los goleadores, y si estás en tu momento eres bueno, y si estás mal, eres el peor. Entonces debes trabajarlo siempre, no darte por vencida y acá en Rayo Vallecano, gracias a todas mis compañeras, cada gol ha sido fruto de cada una de ellas y hemos logrado todo esto. Increíble, porque jamás pensé que en tan poco tiempo iba a marcar tantos goles, es complicado pero significante. Esto se lo debo a las chicas del equipo y a todo el sacrificio que he echo en mi vida.
¿Cómo ha sido tu crecimiento personal y del equipo?
Todo muy bien. La temporada pasada estuvimos con Irene Ferreras, muy buena persona y entrenadora. Ahora lo mismo, bueno, comenzamos con una temporada complicada, cambio de técnico, vino Carlos Santiso y hemos mejorado mucho como equipo táctica y técnicamente. Todo ha ido evolucionando.
¿Primera vez que tenías entrenadora?
No, en Venezuela también viví esa experiencia.
¿Y qué te parece que cada vez hayan más entrenadoras?
Me parece extraordinario ya que en todo el mundo había mucho machismo y ahora las cosas están cambiando, la verdad es increíble cómo esto va evolucionando y crecerá aún más. Las mujeres somos lo mejor del planeta que ha podido pasar, y que estemos al frente de nuestro mismo deporte es una bendición.
La competición cuenta con varias jugadoras venezolanas, ¿cuánto favorece esto a la selección venezolana y a Latinoamérica?
Es increíble, estoy orgullosa de cada jugadora que venga y eso también es bueno para que nosotras mismas abramos las puertas a las niñas que están entrenando en Latinoamérica, o en nuestro país. Pueden llegar, si nosotras estamos aquí es por algo. Y también nuestro rol es dar una buena imagen para que sea bien visto allá abajo, hay muchas niñas que se esfuerzan y tienen referentes. Eso te enorgullece total, es extraordinario.
Claro, ustedes abren las puertas a las nuevas generaciones.
Sí, tal cual. Porque si ellas dicen: ‘si Oriana pudo, por qué yo no puedo’, ‘si Deyna está en el Atlético de Madrid, por qué yo no puedo llegar al Barça’, ‘si la jugadora del Depor lleva diez goles, por qué yo no puedo’. Eso es una motivación extra para que ellas cumplan sus sueños.
Comentabas las diferencias con el fútbol Latinoamericano, ¿qué aspectos deberían seguir de España para que también se desarrolle allá?
Principalmente tratar a las jugadoras como profesionales, tal como lo hacen acá. Yo creo que pueden ayudarlas económicamente un poco, porque sé que muchas en Venezuela y los otros países, las chicas estudian, trabajan, y luego van a entrenar o jugar. Sé que ahora está creciendo un poco el fútbol allá, por lo menos en Chile están haciendo algunos contratos para las jugadoras, y en otros países están trabajando en eso. Es importante darles esa oportunidad a las futbolistas, muchas quieren luchar, muchas vienen de pueblos, a lo mejor no corren con el nivel económico suficiente para llegar a la ciudad y jugar. Entonces eso faltaría en Latinoamérica, ayuda.
Tienes varias compañeras latinas, me imagino que es más fácil vivir en otro país con personas que vienen de lugares cercanos al tuyo.
En el Rayo Vallecano somos cinco, dos chilenas, dos argentinas, y yo. Creo que hemos armado un grupo muy bueno, a pesar de que somos compañeras, muchas somos amigas porque son las que te acompañan a diario y claro, a lo mejor uno se ríe y estás con ellas, lloras y estás con ellas, estamos gran parte del tiempo juntas. Eso nos ha fortalecido, el sentir una persona latina con la que tenemos casi las mismas costumbres, entonces eso favorece mucho la convivencia.
¿Cuáles son tus proyecciones?
Con la selección es tratar de jugar el mundial, es lo que se desea, ya que en Venezuela falta solo el equipo adulto por alcanzar este torneo. Y acá en España es seguir trabajando, dar lo mejor de mí, tratar de ser la goleadora, es lo que más me enorgullece, sé que la tengo muy difícil pero bueno, no me puedo rendir.
