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Sara y Eli del Estal: Un cumpleaños a 9.779 kilometros

LA ENTREVISTA
14/03/2020 | Andrea Menéndez Faya
Juntamos a las hermanas Sara (Racing Féminas) y Eli del Estal (Icheon Red Angels) a unos días de que una cumpla 27 años y la otra 29... ¿Cómo puede ser si son gemelas?
Sara y Eli del Estal: Un cumpleaños a 9.779 kilometros
Mundo Futboleras
Internet es una gran aliada para dos cosas fundamentales: el ocio y conectar a las personas. Esto es algo que las hermanas Del Estal, Eli y Sara, saben desde hace mucho tiempo. El próximo 23 de marzo es su cumpleaños “yo creo que hemos pasado más cumpleaños separadas que juntas” –dice Sara- “Hala, tía, no tanto. Pero, en realidad, desde los 19 siempre nos han pillado separadas. Solo que esta vez es peor, porque Sara estará con la familia y los amigos y yo aquí, sola, con Cris”.

Cris es la traductora que vive con Eli del Estal en Incheon, Corea del Sur: Menos mal que está conmigo 24 horas, porque el coreano es súper difícil. De hecho, tienen dos idiomas, el coreano formal y el coloquial. Por ejemplo, para decir gracias a una compañera le puedo decir “comagua”, pero sería un gesto irrespetuoso si es mayor que yo… y es imposible, para mí, saber si es mayor que yo o no. Porque, además, en corea, tienes dos años más de los que tienes en España. Para ellos, ya naces teniendo un año. Y, a parte, cuando cumples años, te ponen por adelantado el siguiente. Por tanto, yo, que voy a cumplir ahora 27 años, aquí tengo 29.

Entonces, Sara, tú te quedas con 27 y tu hermana cumple 29

S- ¡Ya! ¡Qué suerte!

Claro, ahora se entiende que al ver la media de edad de tu equipo esté entorno a los 32 años, en realidad son 28-30, de primeras choca.

E- Exacto. Si ves la plantilla solo por nombre y edad no te dice nada, pero luego te das cuenta de que aportan nueve jugadoras a la selección. Cuando llegas aquí te das cuenta de que, en realidad, mi equipo es como el FC Barcelona en España. Tienen un presupuesto alto y muy buenas jugadoras, pero todos los equipos tienen un presupuesto alto comparado con el fútbol español, del primero al último. Hay mucho dinero para los ocho equipos que forman la liga. Y luego, ese dinero llega a las jugadoras: por ejemplo, a parte de la traductora que tengo conmigo, me pagan piso, comida, tendré un coche del patrocinador –Hyundai-, el sueldo…

Eli del Estal se fue hace un mes al Hyundai Incheon Red Angels, dejando atrás cuatro temporadas en el Espanyol que la han convertido en una de las jugadoras más queridas de nuestra liga. Se fue con miedo a un cambio tan radical en la forma de vida y también en el ámbito profesional, y se ha encontrado con el paraíso del fútbol. Sara llegó esta temporada al Racing de Santander, ciudad de la que son las dos. La conversación, lógicamente, pasa por el Coronavirus y la cuarentena, que Eli acaba de pasar en Incheon:

E- Nosotros ya estamos con la normalidad instaurada. Entrenamientos normales, y esperando a que empiece la liga, que empezaba el día 6 y, creemos, empezará el 28. 

En España tenemos ahora mismo dos jornadas de parón, pero se baraja incluso la posibilidad de cancelar la competición.

S- Creo que, al final, se va a cancelar. 

E- ¿Y qué pasará con los descensos?

Pues una de las situaciones que se maneja sería dar por finalizada la temporada, con el campeón actual el FC Barcelona, que se anulen los descensos y dar por válidos los ascensos de Reto actuales. 

E- Y el Espanyol se salvaría.

Y Sara, si se cancela la liga, se podría ir a Corea contigo.

S- No, yo no puedo hacer mi vida entorno a Eli. Yo me iría a Barcelona, a tatuar. Además, ahora están los vuelos cancelados. Mi idea es ir en verano, pero dependemos de que Corea admita vuelos, y, ahora mismo, no admiten la entrada en el país de ciudadanos de otros países en los que haya, al menos, un infectado. 

E- Son muy prudentes. Como consejo, os diría que siguierais su plan y no salgáis de casa. Lo más importante es la conciencia social. Aquí la tienen. Te pongo un ejemplo: el primer día aquí, no había casi infectados. Salí a la calle y me encontré con que los semáforos tardan muchísimo en ponerse en verde. Un día, con la bici, en una calle sin tráfico, nevando… me salté un semáforo. Si vieras la cara con la que me miró una señora… Aquí las normas son las normas y hay que cumplirlas, te gusten o no. Son súper civilizados. Tienen una conciencia de grupo enorme, no es un país, es una familia.

Mientras hablamos, Sara dibuja en una hoja de papel diseños para tatuajes. Ha centrado sus esfuerzos profesionales en ser tatuadora. Dice que se va a pasar los catorce días de cuarentena centrada en mejorar su técnica y sus diseños. Apela a la responsabilidad individual para quedarnos en casa y aprovechar el tiempo en cosas productivas.

E- Aquí no hace falta. A parte, el Gobierno tiene acceso a todos los dispositivos móviles de los ciudadanos. Incheon, mi ciudad, es la cuna de la tecnología. Aquí, cada día, a las 8 de la mañana, suena un mensaje del Gobierno por la megafonía que cada casa tiene instalada en el que te dicen las muertes que se han producido el día anterior, el número de infectados y el número de curados. Te recuerdan que solo salgas a la calle en caso de extrema necesidad, y, a parte, en el teléfono móvil recibes dos mensajes al día –aunque lo tengas en modo avión- con una vibración fortísima, con los nuevos focos de infección por ciudad o barrio, para que extremes la precaución. Todos los pasajeros que llegaron a Corea del Sur tenían que hacer una declaración jurada, comprometiéndose a responder a un cuestionario tres veces al día sobre tu estado de salud. Y eso, aquí, es importantísimo cumplirlo. Lo cumples por ti y por el resto. Es un trabajo colectivo.

Sara, ¿estás haciendo tu propio entrenamiento en casa?

S- Por supuesto. Me cuesta un poco sin gimnasio, pero me he fijado una rutina para los quince días. También nos han recomendado salir a correr por sitios poco concurridos, por el pinar de Liencres o la playa, por ejemplo. Nunca en grupo, claro, de forma individual, y si nos encontramos con alguien intentar no saludar, no juntarnos, si es inevitable pues a dos metros de distancia entre nosotras… 

Eli, ¿tú, durante la cuarentena, hacías entrenamiento por tu cuenta?

E- A nosotras venía a buscarnos un entrenador personal a casa, individualmente, con una rutina personalizada para cada una. 

Y lo que más trabajáis, sin embargo, son cuestiones técnicas más que físicas.

E- Absolutamente. Me encanta esta forma de entrenar porque, cuando acabe mi vida deportiva, me gustaría ser entrenadora, y aquí tienen una metodología que no tiene nada que ver con lo que conocía. La filosofía de las propias jugadoras es distinta: las veo entrenar como veía a los chicos en España. Tienen una cultura que las ha llevado a ser realmente deportistas profesionales. A mí, que venía del atletismo, me chocaba mucho que las futbolistas no tuvieran esa profesionalidad a la que yo estaba acostumbrada desde pequeña. Hábitos deportivos, alimenticios… tenemos un déficit muy importante en cuanto a historia deportiva. En España, el entrenador llega y te dice: hay que hacer diez sprints, y los haces sin preguntar. Aquí si el entrenador llega y les dice que hay que hacer 10 sprints les tienes que explicar por qué, y no vale “porque lo digo yo”.

¿Qué crees que le falta al fútbol femenino español para llegar a parecerse a eso? No vamos a hablar de llegar a ese nivel de profesionalidad meticulosa, pero al menos acercarse a esa forma de ver el fútbol. 

E- Posiblemente, una buena base. Mi doctorado trata de eso. Si sabes mucho de matemáticas y no las sabes enseñar, eres un mal profesor de matemáticas. En el fútbol femenino hay muchísimos entrenadores que no tienen ni idea de fútbol femenino, pero que se creen que pueden entrenar a un equipo de niñas infantil porque son solo niñas. Hace falta mejores entrenadores, pero, sobre todo, hace falta que padres, y contexto en general, dejen de creer que las niñas juegan para divertirse. Es decir, si tu hija es gimnasta rítmica, te lo tomas de forma diferente: te lo tomas en serio. Para ganarse la vida como gimnasta rítmica tiene que destacar mucho y ser muy buena, la gran mayoría de las niñas que hacen gimnasia rítmica no van a llegar a eso, pero se lo toman en serio todos. Te esfuerzas en que siga rutinas de alimentación, que cumpla los entrenamientos, vas a verla competir cada fin de semana… En el fútbol falta eso. La gente, en general, piensa que esas niñas nunca van a llegar a profesionales. Y eso, por suerte, está empezando a cambiar. 

S- Ahora, con todos los cambios, con los éxitos del Barça, de la selección, del Atleti, cada vez más niñas quieren ser futbolistas profesionales. 

Para mí, el principal problema, es que no hay un apoyo económico como el que vemos en la liga coreana. Quiero decir: tu equipo, por ejemplo, está patrocinado por Hyundai. Aquí, si vas a buscar a una empresa grande para patrocinar a un equipo o a una jugadora, la respuesta es no. Quizá porque no ven esa profesionalidad de la que estamos hablando aún. Faltan medios, pero sin ese dinero, no puedes ofrecérselos. 

S- Es la pescadilla que se muerde la cola.

E- Aquí la liga tiene ocho equipos. Está el mío que, como ya dije, es como el FC Barcelona en España tanto en jugadoras, medios y presupuesto, pero el resto de equipos, aunque no tengan los mismos medios económicos, tienen jugadoras que sí son profesionales tanto en el campo como en sus vidas personales. Pero eso va ligado a la concepción social que hay aquí del futbolista de élite. Aquí, si soy futbolista o quiero ser futbolista, da igual el dinero que ganes con ello. La profesión implica cuidado personal, ganes o no ganes dinero. Te comportas siempre como un futbolista. Tienen esa concepción de la profesión que no está ligada al tema económico. Eso en España pasa con otros deportes, pero no con el fútbol femenino. Un atleta profesional, aunque compita en Olimpiadas y Mundiales, cobra entorno a mil euros al mes, pero se cuida independientemente de ese dinero. Se comporta las 24 horas al día como un deportista profesional, y en su entorno lo respetan, lo comparten y le ayudan a ello. 

Ahora mismo, de hecho, nos movemos en ese baremo de mil euros para las futbolistas profesionales gracias al convenio, y hay clubes de Reto, como el de Sara, que no entran en él aunque haya jugadoras con ficha profesional. Si partimos de esa base de hacer profesional la liga y que entre dinero de patrocinadores, televisiones, etc a los clubes, sí que se cobraría un sueldo acorde con la profesión, pero seguiríamos sin ver ese nivel individual y colectivo que vemos hoy en día en Corea. Sin ir más lejos, en los banquillos. Antes me decías que querías ser entrenadora cuando termines tu carrera futbolística, ¿crees que hacen falta más mujeres que entiendan de verdad cómo funciona nuestro fútbol en los banquillos del fútbol femenino español?

E- No. No hacen falta más mujeres, hacen falta más personas que entiendan a las mujeres futbolistas, indiferentemente de si son hombres o mujeres. Los equipos de fútbol de mujeres no funcionan igual que los de hombres. 

Grandes futbolistas, con títulos individuales o colectivos, no entienden la dinámica psicológica o física de una mujer futbolista. 

E- No es que no la entiendan, pero en el contexto social en el que vivimos, mi consejo, para algunos entrenadores es “mira, si no lo entiendes, no hables”. Es lo que hacen mucho. A veces vives charlas que te hacen incluso sentir mal. 

Se puede entender porque, si son exfutbolistas, han vivido los vestuarios masculinos que funcionan muy distinto a los de mujeres. A un jugador le llamas “inútil” y, por ego, cambia el chip. Si a una jugadora le minas la moral diciéndole solo lo que hace mal o llamándola “inútil”, se vendrá abajo.

S- Depende de qué jugadora y de qué jugador. 

E- Claro, depende. Esto es fútbol, ni masculino ni femenino, para mí es fútbol, en este caso en equipos de mujeres. El entrenador tiene que ser consciente de que el vestuario es mucho más importante que lo que estés haciendo en el campo. Que cómo hablas a tus jugadoras es mucho más importante que lo que haces cada día en un entrenamiento. Que cómo motivas y transmites es mucho más importante para una mujer que para un hombre. La importancia que le damos a los entrenamientos, varía. Pero en eso no importa que seas hombre o mujer. Para eso no hace falta que seas una mujer, pero sí que hacen falta para crear referentes. Antes no teníamos referentes. Ahora una niña que quiere ser futbolista quiere ser Jennifer Hermoso, y yo, por ejemplo, quiero ser Montse Tomé.

S- ¿Montse Tomé?

E- Cuando estuve con ella en la Selección Promesas me pareció una entrenadora Top. Para mí, hoy es un referente. Sara Mérida, que es la readaptadora del primer equipo del Espanyol, también me parece muy buena. Y Sara es una tía que ha sido jugadora y dejó el fútbol por cuatro lesiones de cruzado, sabe cómo trabajar con futbolistas porque lo ha vivido.

A vosotras las lesiones os han respetado bastante, ¿no?

S- Bueno, tenemos nuestras cosillas, fibras, algunas cosas así…

E- No, mira, esto te lo voy a explicar yo. Sara, como nació más tarde, va copiándome en todo. En un partido se me subluxó la clavícula derecha. Es una lesión rarísima con un mes de tratamiento para recolocarla porque, si no, tendría que operar. Pasan dos o tres meses y, ¿quién se subluxa la clavícula derecha? Sara del Estal. ¡Que es súper complicado que esto pase! Y, además, ella siempre intenta superarme, su lesión, por supuesto, era peor. 

Pero eso son los típicos piques de gemelas, de ir a buscar siempre lo que hace la otra, ¿no?

E- Es que no se queda ahí: jugando contra el Atlético de Madrid me perforan un tímpano de un cabezazo. Al mes, ¿quién se perfora el tímpano? Sara del Estal. ¡Y el mismo tímpano!

Hay una especie de leyenda urbana sobre esto, que lo que le pasa a una gemela siempre le pasa al a otra.

S- Bobadas. No es así.

Bueno, pero puedes estar tranquila: Eli no dio positivo en coronavirus. 

S- Yo, por si acaso, voy a cumplir la cuarentena. Hay que ser responsables. Tenemos que entender que no es solo por nosotros mismos, es por todos los que nos rodean y también para que no se saturen las urgencias médicas y el personal sanitario pueda trabajar en la mayor normalidad posible. 

Eli del Estal y Sara del Esta

Aunque os hayan respetado las lesiones, que las marca Eli, sois conscientes del alto porcentaje de lesiones de gravedad de nuestro fútbol, con especial incidencia en la rotura de ligamento cruzado. Los preparadores físicos, en la línea que hablábamos antes, siguen sin readaptar el trabajo del fútbol femenino para prevenir este tipo de lesiones que no ocurren tan frecuentemente en el masculino. 

E- En el Espanyol he tenido muchísima suerte porque los dos profesionales a cargo eran Sara Mérida como readaptadora y Raúl Fernández como preparador físico, y los dos hacían un trabajo impresionante, eran un equipo brutal. Comprobar los ciclos menstruales, control de lesiones… el servicio médico del Espanyol era muy bueno. 

Sin embargo, Sara, en el Racing tenéis una plaga de lesiones. 

S- Sí, pero, hasta ahora, tanto Eli como yo hemos tenido mucha suerte en este aspecto. En el fútbol femenino la lesión más grave y frecuente es la de cruzado, que te lo puedes romper por muchas cosas, pero nosotras hemos pasado nuestra edad de crecimiento haciendo atletismo y con una dinámica de alimentación y trabajo muscular muy marcada. Toda nuestra edad de crecimiento hemos hecho labores de deportista profesional y, a esas edades, en el fútbol femenino, trabajas con profesionales que o no están preparados, o están de prácticas, o les da igual todo. El ejercicio físico que trabajan las jugadoras cuando nosotras empezamos en el fútbol no estaba adaptado. Ahora está cambiando, por suerte. Pero nosotras empezamos a jugar con veinte años, con la musculatura formada, y hemos mantenido nuestra rutina de alimentación y fuerza, y eso nos da una base para prevenir lesiones. 

E- Lo que hablábamos antes de la cultura del deporte y la profesionalidad.

Es que estamos en los dos extremos del abanico: el fútbol súper profesional del equipo de Eli y el nivel más, digamos, amateur de un equipo de Reto de media tabla. 

S- Por eso hace falta que se haga la liga profesional ya, para que todos los equipos cumplan estos mínimos. 
Falta la aprobación del CSD y el cambio de la Ley de Deporte para que se cambie esa legislación que permita a la competición ser profesional, pero, aún así, lo sería Primera Iberdrola, no Reto. 

E- Exacto, en la liga masculina, primera y segunda son profesionales, eso hace que un club tenga que ser muy profesional en todos sus medios para acceder a esa liga. 

Nuestra situación es más parecida, quizá, a Segunda B. De hecho, los sindicatos van a coger el espejo del convenio de fútbol femenino para cambiar el de Segunda B que lleva sin tocarse más de veinte años. Tal vez deberíamos igualarnos a Segunda B de momento para poder optar a ser realmente profesionales en algún momento, ¿creéis que se están quemando etapas y que al final las prisas van a ir en contra del fútbol femenino? 

E- No creo que por correr demasiado se vayan a hacer las cosas mal. Las circunstancias lo exigen. Cuando un equipo como el Barça pasa de tener cien personas en la grada a construir el Johann y que todos los fines de semana haya dos mil, las circunstancias exigen que haya cambios, porque, al final, lo que ha provocado que España participe en dos mundiales, el de Canadá y el de Francia, es que el fútbol femenino sea cada vez más importante para la sociedad española. Y hay que dar pasos rápidos. La gente dice, “es que esto no da dinero” ¿perdona? ¿Tú sabes la cantidad de gente que ve un partido de fútbol, en el campo y en la tele? 

Pero, entre el Barça –como primer clasificado- y el Espanyol –último-, hay un mundo de diferencia. 

E- Claro, pero hay que regular eso. Hacer la liga profesional es regular muchos aspectos de la competición. Como te he dicho, en el Espanyol teníamos un servicio médico increíble, pero tal vez una jugadora de otro equipo se rompe el cruzado y está un año y medio sin jugar porque su equipo no tiene unos médicos, fisios, readaptadores y preparadores físicos que trabajen mejor ese aspecto. 

Pero esto también pasa en Reto. Hay clubes de Reto que tienen mejores servicios médicos, porque están dentro de la estructura de un club tradicional, que muchos equipos de Primera. Si pensamos en equipos de Primera con plagas de lesiones, cinco o seis lesionadas de larga duración, eso no es una casualidad, es porque hay algo que no funciona. Y luego miramos los equipos de Reto como Sporting, Osasuna, o los filiales, cuyos trabajadores son gente de club, supervisada y formada dentro del club, o contratada expresamente para el femenino pero con los criterios propios del club, que tienen muchísimas menos lesiones. ¿Necesitamos que los departamentos de cada club sean profesionales o necesitamos que los equipos tradicionales amparen o creen su propia sección femenina con sus criterios de contratación? 

S- Necesitamos una mezcla de todo. Clubes grandes que apuesten por el fútbol femenino pero también que los que ya están dentro desde hace muchos años cojan la rueda y se hagan profesionales sección a sección, no solo exigir a las jugadoras sino dar ellos los medios necesarios para hacerlo.

E- Yo estoy leyendo últimamente muchos artículos de mujeres en la cúspide de gestión de deportes colectivos. Hay una investigadora inglesa que dice que si las decisiones las toman únicamente hombres, todas ellas van a acabar retribuyendo a hombres. De hecho ven a las mujeres como algo diferente que puede perturbar su normalidad. Necesitamos más oportunidades. Y esta oportunidad tienen que ser capaces de verla todos los equipos de fútbol. 

Al final, esto es lo mismo que promulgó la FIFA en 2015 con la circular que cambió el fútbol femenino: el primer paso era cambiar la cuota de mujeres en puestos directivos, porque las mujeres –en palabras de la FIFA- cuidan más el dinero y ven capacidades de negocio y gestión que los hombres son incapaces de entender. Cuando la cuota de mujeres en puestos de alta dirección de organismos como la FIFA llegue a entorno el 35%, que era lo que se pretendía de cara a 2022, ¿beneficiará a la globalidad del fútbol o solo al fútbol femenino?

S- Esto es interesante para todos, porque, la diferencia te hace mejor. Te hace entender mejor el mundo en el que vivimos, que al final, está compuesto por hombres y mujeres. Si solo hay hombres tomando decisiones, solo percibes el 50% del mundo. Por muy bien que entiendan al 50% siempre hay cosas que eres incapaz de entender si no estás en su piel. A la hora de gestionar, dar ideas, es mejor que haya tanto hombres como mujeres. 

A ti te hemos visto estas últimas semanas hablando del 8M en prensa y en redes sociales denunciando las desigualdades en el fútbol en Cantabria, que es lo que más te afecta, porque eres cántabra y porque juegas en el Racing. 

S- Sí, y además ha sido muy curioso, porque en cuanto salió la primera entrevista y se publicó en Twitter, un señor contestó de forma muy agresiva. Ese señor es el Director de la Cámara de Comercio de Cantabria. 

El Director de la Cámara de Comercio de Cantabria te atacó por denunciar las desigualdades en el fútbol, y varios comentarios después reconoció que no tiene ni idea de la situación porque, de hecho, no le gusta el fútbol, ni el masculino ni el femenino, y no lo sigue. 

E- Y con comentarios del estilo “empatizar se me da por hecho porque tengo tres hijas”. La primera excusa de un machista para hablar mal de las mujeres siempre es “en mi vida tengo muchas mujeres y las quiero mucho”. 

S- A mí no me parece mal que gente así opine. Si tu opinión es que las mujeres no pintan nada en el fútbol, me parece perfecto. Lo que no me parece bien es que se base el argumento en cosas que yo no había ni dicho, porque en ningún momento hablo de dinero, hablo de oportunidades. Me preguntaban cómo era ser mujer y futbolista en Cantabria, y digo que la igualdad es tener las mismas oportunidades seas hombre o mujer y aquí, en Cantabria, cuando empecé a jugar al fútbol no tenía ni la oportunidad de elegir equipo. Cuando yo empecé solo existía el Racing. Y yo soy de Santander, pero si eres de Potes, no puedes jugar. No hay ni equipo allí. Tuve una compañera que vivía allí y tenía que meterse una hora de coche todos los días para venir a jugar, y volver, y era lo que había, porque no tenía otro equipo donde poder hacerlo. No hablo de sueldos, no hablo de dinero, hablo de oportunidades, de formas de tratarte. Cuando me fui al Espanyol viví algo más profesional. Y la igualdad máxima la viví en el Depor. Te trataban igual que a los chicos. Si ibas al fisio ibas a sus mismas instalaciones, tenías al staff técnico pendiente de ti en todo momento siempre, entrenabas en el mismo gimnasio que el Fabril… y ahora muchísimo más, hablo con mis excompañeras y aquello sigue yendo cada vez a mejor. Pero en Cantabria no, y no solo en el fútbol, aquí se ve en todos los aspectos. Vamos muy atrás.

También, ligado a ese machismo del fútbol, nos lleva a muchos a ser muy paternalistas con las jugadoras. En redes sociales, por ejemplo, si dices algo contra una jugadora, la gente se te echa encima. Os pongo el ejemplo del Espanyol porque las dos habéis estado allí: con los dos equipos colistas, el masculino y el femenino, a los jugadores se les reprochaba la actitud, se les insultaba incluso, pero nunca a las jugadoras. Si atacas a una jugadora, de cualquier equipo, te dirán que no lo hagas, que lo puede leer, que le vas a hacer daño, que no hay que criticar. 

E- Esto pasa porque no tenemos seguidores de verdad. Tenemos fans, pero no hooligans. Los hooligans son de un equipo a muerte. Si yo soy del Espanyol y el Espanyol va mal, se me va la vida en ello. Si el equipo pierde, el lunes y martes odio a los jugadores y al entrenador. Y si ganan, les amo, les adoro y son lo máximo. Eso es un hooligan, un fan loco del fútbol. Pero eso no lo hay en el fútbol femenino porque no nos ha dado tiempo a tenerlo.

Bueno, acaban de llegar: los del Real Madrid. 

S- ¡Y esos sí que critican!

Critican a todo el mundo y adoran a las suyas, y si no juegan bien o pierden también tienen leña para darles, en especial a su entrenador. Ya sí que ha llegado esa vivencia más visceral, al menos a las redes. 

E- Pues eso es un hooligan, una persona incontrolada, que si pierde se vuelve loca, si gana también se vuelve loca, y que a los suyos solo los pueden criticar ellos. Eso a mí me encantaría que llegara ya, porque nos va a beneficiar, pero hace falta más tiempo. 

Sin embargo el espectador medio de fútbol femenino es un espectador mas naïf, más de qué bien nos caen las jugadoras, cómo nos gustan todas, etc. 

S- De que les gustan algunas jugadoras. Son fans. Y fans más individuales. Con el tiempo habrá más críticas. 

¿Está creciendo el fútbol femenino más en seguidores de redes sociales que en el campo?

E- No, en el campo también. Este año, por ejemplo, jugando en el campo de la Real, llegó una chica con una camiseta con mi nombre y mi número. Y eso este año me ha pasado frente a la Real Sociedad, en Valencia y en Madrid. Te hablo de, por lo menos, tres personas con mi camiseta, con mi nombre y mi número, y que no son de Barcelona. 

Bueno, a Sara la iban a ver este fin de semana dos personas con su camiseta, pero no ha habido liga.

S- ¿Ves? Pero esa es la diferencia: son personas a las que le gusto, pero como futbolista no me habrán podido ver. Me siguen en redes, son “fans”, pero no por el aspecto futbolístico. 

E- Pero es normal también que haya ese tipo de fans. Al final, se fijan en jugadoras como Mapi León, Alexia, Vir… ¡a mi también me gustan! Les gusta gente que pueden idolatrar. Son referentes. Son grandes jugadoras a las que han visto tanto en sus clubes como en el Mundial, que ha sido el pelotazo del fútbol femenino en nuestro país.
 
Ahí entra la televisión. Televisar los partidos para atraer al público.

S- Y se ha conseguido. Cada vez hay más seguidores gracias a los partidos que se han retransmitido, tanto de la selección como de la liga. Al final es un escaparate en el que cada vez más gente se ve representada y un espectáculo del que quieren participar. 

Sin embargo, en Corea , ¿se televisan los partidos?

E- Mi club los televisa a través de su página web. 

Pero a nivel de redes sociales no tienen casi actividad. ¿No se explota tanto el mercado virtual?

E- A nivel de club puede que no tanto, pero tengo una compañera con más de 180 mil seguidores en Instagram. Ellas van por la calle y la gente las reconoce. Quizá no hay un mercado en redes sociales muy activo, pero la gente sí que las valora, tal vez más en medios de comunicación o de venir al campo a verlas jugar. 

Sara, ¿te irías a jugar a Corea? ¿Tendrías el valor que tuvo tu hermana de decir “venga, me voy a jugar a la otra punta del mundo”?

S- Ahora ya no sería una cuestión de valor. Ahora ya sabría que es todo perfecto allí. Si me ofrecieran la oportunidad de ir, puede que dijera que sí, pero sigo sin saber cómo será la liga. No sé el nivel de competitividad, a mí, por ejemplo, no me valdría ganarlo todo 10-0 sin competir. Sí que me gustaría por vivir la experiencia, pero, ahora mismo, tengo otros planes en mi cabeza. Estoy un poco desilusionada con el fútbol. 

Si ves mi trayectoria, el no quedarte nunca en un equipo no pone las cosas fáciles para seguir. He tenido la mala suerte de estar en el Espanyol y por determinadas cosas, aunque entrenara y me esforzara, no jugar. Entrenaba con todo, las compañeras estaban tan convencidas como yo de que iba a jugar y nada. Cuando llegó Joan la cosa cambió y tenía la esperanza de quedarme, pero no pudo ser. En el Depor, al principio lo jugaba todo. Luego llegó Michelle Romero y perdí el puesto. No ascendimos, fue un golpe anímico también, y no renové. En el Zaragoza lo jugué todo salvo los partidos que me coincidieron con la lesión, y tampoco me quedé allí. 

Y ahora en el Racing estoy en una situación comprometida también y no sé qué pasará. Soy de las que, si pierden, se cabrea toda la tarde, y ahora estoy en una dinámica emocional en la que ya no me ilusiona tanto ganar ni me decepciona tanto perder. 

Eli, tú tienes 1+1 de contrato en Incheon, ¿volverías a España?

E- Mi 1+1 es por objetivos, en mi caso depende de los goles que marque esta temporada. Cuando acepté la oferta lo hice por impulso. En el avión iba pensando: “si, por lo que sea, veo que voy a llegar a los goles, no marco más y no hace falta que me quede los años”. En cuanto llegué, en el primer fin de semana, estaba en la habitación pensando: a ver si pronto llego a los goles para poder quedarme los dos años. En solo una semana cambió tanto mi perspectiva que no quiero irme. 

Es que de verdad me gusta todo esto. Me gusta estar aquí. Es difícil, tener a la gente que quieres lejos se hace muy difícil, pero por primera vez, incluso con estas circunstancias tan especiales que nos ha tocado vivir ahora con el coronavirus y demás, te hacen sentir importante, te dan todo lo que tienen, me siento como un chico juvenil que va a pasar al primer equipo de un club importante, que notas un cambio brutal, te sientes súper valorado, ves cómo valoran al resto… porque no es solo que me traten bien a mí, es que veo jugadoras que la temporada pasada fueron convocadas dos partidos y veo que las tratan de maravilla.

 Aquí tener una limitación, como por ejemplo la mía que es más técnica, no es un obstáculo. Si mi limitación técnica en España era notable, aquí es brutal, porque todas son buenísimas técnicamente. Pero el entrenador en vez de decirte que eres mala, te dice “Eli, vamos a trabajar muchísimo y vas a ser la mejor del equipo”. Para ellos no hay limitaciones. Puedes tener algo que se te da peor, pero se soluciona con entrenamiento. Y el entrenador te lo explica: “esta jugadora es muy buena, pero ya no va a poder crecer más. Lo que ves es lo que es. Sin embargo, tú, puedes crecer muchísimo”. Y la oportunidad que me dan aquí de aprender es exactamente lo que en España me faltaba. Prefiero mil veces ser cola de león toda mi vida que cabeza de ratón durante un tiempo. A mí me encanta aprender. Por eso sigo estudiando, por eso me he venido aquí y por eso me gusta estar aquí: porque me gusta aprender. 

S- Qué humos…

E- No, pero soy realista. Sé que jugar aquí va a ser muy difícil. Compito contra cuatro jugadoras que son buenísimas por un único puesto. Pero ojalá poder quedarme aquí. 

Las “circunstancias especiales que nos han tocado vivir” no están solo en Corea y España. Aún nos esperaba una sorpresa en medio de la entrevista. Patricia Padilla, exjugadora del Alavés y actual jugadora del Ravenna italiano entró en nuestra videollamada mientras esperaba un vuelo de Barcelona a Santander. 

Videollamada Eli del Estal

Padi, ¿el fútbol femenino en Italia qué tal?

P- El nivel me sorprendió. Es un fútbol muy físico. Hay de todo, claro, jugadoras que destacan mucho y jugadoras más flojas. Lo que pasa es que tampoco hay muchos medios. A nivel de clubes, el mío por ejemplo, no tiene muchos. Y nos ha tocado un problema de salud a nivel nacional muy grave. No podemos salir a la calle sin un papel que lo autorice, y he tenido que volver a España porque estos meses, con la liga parada, no iba a poder cobrar. Al estar en cuarentena, sin cobrar, con todo cerrado… el Presidente me dijo que si la competición se paraba o se cancelaba, mejor me volvía a casa. Porque si la competición se cancela, tendría que quedarme aquí dos meses más en esas condiciones.

En principio en Italia se cancelará la liga masculina y la femenina, y el escenario que se baraja es jugar un playoff los cuatro primeros clasificados para ascender a primera. Vosotras estáis cuartas ahora mismo. 

P- El objetivo es subir. Si me toca jugar playoff, tendré que volver. Además, he dejado todas mis cosas allí. Y ya empezaba a contar para el entrenador, de hecho esta jornada iba a ser titular. Cuando llegué, el transfer no estaba hecho y no pude jugar el primer partido. Después jugué 10 minutos en el segundo y 35 en el tercero. También hay que decir que es difícil ganarse el puesto porque las jugadoras son muy buenas. Mi equipo estaba en primera división el año pasado, y es un equipo en el que, individualmente, hay jugadoras muy buenas que han estado en grandes equipos de la serie A italiana y que, como grupo, podría ganar perfectamente a muchos equipos de Reto, incluso de Primera. 

S- Pero tú técnicamente eres superior a muchas de ellas.

P- Sí, pero me ha pillado todo este problema del coronavirus y no he tenido regularidad. No me ha dado tiempo a coger ritmo. El entrenador me quiere, pero las circunstancias han sido muy malas. 

E- ¿Tú el año que viene tienes que volver a Italia?

P- No tengo contrato. Si la competición se reanuda tendré que volver de forma inmediata, pero no tengo otra temporada en el contrato. 

¿Y te gustaría seguir en Italia?

P- Por supuesto, es una oportunidad. Lo que he vivido aquí me gusta y creo que puedo crecer mucho como futbolista aquí. 


El coronavirus ha paralizado el mundo del deporte. Primera Iberdrola y Reto penden de un hilo en estos momentos. La FIFA hará una declaración institucional en las próximas semanas evaluando la situación y determinando si las competiciones europeas deben cancelarse de forma indefinida o reanudarse a puerta cerrada, siempre y cuando se garanticen las condiciones de salud de los deportistas. Sara del Estal tiene, por lo menos, dos jornadas de Reto suspendidas. Patricia Padilla ha vuelto a España porque la liga italiana, en principio, va a cancelarse, aunque tendrá que volver a disputar el playoff de ascenso. Por el contrario, Eli del Estal comenzará en unos días la competición oficial, puesto que en Corea del Sur la situación está controlada. 

Esta videollamada se realizó gracias a la colaboración de las tres jugadoras. Dos de ellas ya han pasado la cuarentena, la otra, y quien les escribe, pasarán los próximos catorce días en casa, donde debemos estar todos para trabajar de forma colectiva. Tenemos mucho que aprender de la gestión coreana en todos los aspectos, no solo en el de una emergencia nacional. Que nuestras futbolistas puedan vivir como Eli del Estal depende, en primer lugar, de crear una conciencia social que vea a nuestras jugadoras como profesionales, y que los clubes les garanticen unos mínimos para poder serlo. Cuando Eli se fue, las redes se llenaron de comentarios sobre cómo podía abandonar una liga como la nuestra por ir a jugar a algo tan inferior como Corea del Sur. El desconocimiento ha retratado una vez más a los haters que lo cuestionan todo. Ojalá pronto podamos ver a nuestras jugadoras valoradas y tratadas como verdaderas estrellas, en España, en Italia, y en cualquier país del mundo.
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