Radiografía de la edad media en la Liga F: así se reparten las plantillas jóvenes, los equipos equilibrados y los clubes más veteranos del campeonato.
La
Liga F sigue evolucionando y la edad media de las plantillas se ha convertido en un factor clave para entender cómo compite y se proyecta cada club. Con medias que van de los 23 a los 28 años, la competición se ordena en tres perfiles: equipos muy jóvenes que
apuestan por la cantera, bloques intermedios que equilibran presente y futuro, y plantillas veteranas que confían en la experiencia para marcar diferencias.
Los clubes más jóvenes: aire fresco y crecimiento
Los clubes con medias de edad más bajas representan proyectos en plena renovación que apuestan por crecer desde la energía y la proyección de sus plantillas. Entre ellos destaca el
Levante femenino,
el equipo más joven de la competición (23,18 años de media) y con hasta 18 futbolistas menores de 25. Su apuesta por las jóvenes define un proyecto en reconstrucción, sostenido por jugadoras como
Erika González,
Eva Alonso o la guardameta
Andrea Tarazona referentes de una hornada que simboliza la nueva identidad granota.
Justo detrás emerge el
Eibar femenino, con una plantilla renovada, un
promedio de edad cercano a los 24 años y un bloque con claro perfil sub-25 gracias a incorporaciones recientes como
Sara Martín o
Eunate Astralaga, guardameta internacional con España y reciente campeona de la Nations League. Esta mezcla de juventud e ilusión refuerza la identidad de un equipo que quiere seguir creciendo para consolidarse en Liga F.
En un plano similar se encuentra la
Real Sociedad femenina, con una
media de edad de aproximadamente 24 años y una apuesta clara por la cantera, donde talentos como el de
Aiara Agirrezabala, con 17 años recién cumplidos, o
Julia Arrula han reforzado la primera plantilla desde el filial completando un equipo joven, pero con experiencia. En un escenario comparable se encuentra el
Athletic Club femenino que, tras varias temporadas liderando la liga como el equipo más joven, cede ahora ese protagonismo generacional. El crecimiento y la consolidación de jugadoras como
Ane Elexpuru o
Jone Amezaga en el primer equipo
evidencian la madurez que va cogiendo el proyecto.
El núcleo central de la Liga: equilibrio y estabilidad
El segundo gran grupo lo componen las plantillas con edades intermedias, aquellas que buscan un
balance entre el rendimiento inmediato y la consolidación del talento. En este espacio emerge el
Granada femenino (25 años de media), un bloque compacto con futbolistas como
Laura Pérez o
Miku Ito, junto a la experiencia que le da su capitana
Laura Requena.
En cifras muy similares se encuentran
Madrid CFF femenino (25,39) y
Barcelona femenino (25,26), dos modelos opuestos que coinciden en la mezcla generacional. El equipo madrileño equilibra su plantilla gracias a la veteranía de
Mônica Hickmann y la juventud de
Kamilla Melgard mientras que el conjunto azulgrana
ha rejuvenecido su plantilla en las últimas temporadas con Clara Serrajordi y Vicky López combinándola con líderes como Alexia Putellas e Irene Paredes.
El
FC Badalona femenino (25,63) y el
Real Madrid femenino (25,79) son los últimos del bloque intermedio donde jugadoras experimentadas como
Estefanía Banini en el equipo catalán o
Antonia Silva en el blanco equilibran
plantillas mayoritariamente equilibradas, sobre todo en el caso del conjunto madrileño con jugadoras que van desde los 18 años como es el caso de
Pau Comendador, hasta los 31 de la defensora brasileña.
Los bloques más veteranos: experiencia, liderazgo y gestión de partidos
La Liga F dibuja un mapa competitivo donde conviven distintas generaciones que dan forma a un campeonato en constante transformación. La mezcla de juventud, madurez y experiencia son las encargadas de definir la identidad de cada club y de sostener la evolución del fútbol femenino en España. En esa diversidad está la riqueza de la competición: un presente sólido y un futuro que sigue creciendo.