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Los derechos de formación en el fútbol femenino II

ACTUALIDAD
27/04/2020 | Andrea Menéndez Faya
Un mes después de la salida a escena de la lista de compensación, la situación de las jugadoras que la forman sigue varada.
Los derechos de formación en el fútbol femenino II
Futboleras

La controvertida situación de varias jugadoras que forman parte de la lista de compensación publicada por ACFF y enviada a la comisión paritaria para su aprobación sigue en un callejón sin salida. Tras la anotación de Futbolistas On de que la fecha de constitución de la Comisión Paritaria (4 de marzo) es posterior a la marcada por el artículo 20 del convenio, 1 de marzo, se ha abierto una vía contenciosa en la que será el SIMA –Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje- quien decida si la lista es válida o al menos si no tiene defecto de forma si en los próximos días no se resuelve este asunto de forma amistosa. En caso de que la decisión del organismo no les sea favorable, las jugadoras que han elevado la petición acudirán a la Audiencia Nacional en busca de una solución a su situación personal y a la de las futuras jugadoras sub23 que se acojan al cobro de derechos formativos.


Esto se debe a que el Convenio Colectivo se rige, únicamente, por la legislación española. FIFA solo tiene potestad para fijar las cantidades en cuanto a transferencias internacionales, y su clasificación económica, como hacíamos referencia en este artículo, no compete al fútbol femenino. En la reunión del organismo del 24 de noviembre de 2017, enmiendas sobre el Reglamento de Procedimiento de la Comisión del Estatuto del Jugador y la Transferencia de jugadores, FIFA determinó que el pago de derechos de formación lastraría el desarrollo del fútbol femenino: “Cabe destacar la fórmula actual de indemnización por formación aplicada al fútbol masculino como una acción disuasiva para las jugadoras. Y, en consecuencia, obstaculizaría el desarrollo del fútbol femenino”. Sin embargo, a continuación, se emplaza a la administración a elaborar “un concepto general concreto. Con el fin de promover y desarrollar el fútbol femenino profesional” y se emplazó a 1 de enero de 2018 a incorporar el fútbol femenino al sistema de transferencias internacionales (apartado 5 del artículo 1 del anexo 3 del REFJT FIFA).


El sistema ITMS, International Transfer Matching System, asegura la transparencia en las transferencias internacionales de jugadores, monitorizando los traspasos internacionales de jugadoras de forma acorde con el crecimiento de las categorías en los distintos países. Los clubes tienen la obligación de facilitar los datos y documentos obligatorios a la hora de crear las órdenes de transferencia, realizar la correspondiente tramitación electrónica del CTI –Certificado de Transferencia Internacional-, facilitar la información financiera y relativa a los derechos económicos a terceros y, además, se activa el Procedimiento de Sanción Administrativa a todas las transferencias internacionales de jugadoras profesionales.

En el caso del fútbol masculino, el propio sistema TMS es el que garantiza el pago de los derechos de formación en transferencias internacionales. La reforma prevista del REJT a 1 de julio 2020 amplía la competencia de FIFA sobre indemnización por formación entre clubes de la misma asociación, pero, a pesar de la profesionalización del fútbol femenino en varios países UEFA, sigue sin contemplar el escenario del pago de derechos de formación entre distintas ligas. Esto deja en una situación de desventaja a los clubes formadores de países como España, que podrían dejar salir el talento al extranjero sin compensación alguna, pese a manejar FIFA a través del TMS los informes económicos necesarios para crear una tabla de compensación fija a la que someter este tipo de transacciones. Es FIFA , tres años después de asumir que el fútbol femenino no estaba preparado para lidiar con la batalla de los derechos de formación, quien debe actualizar sus términos y analizar el escenario económico del fútbol femenino profesional y si es o no capaz de asumir el coste. De otro modo, las federaciones en las que el fútbol femenino sigue sin ser explotado económicamente caerán bajo el dominio del profesional sin compensación alguna.


De vuelta a España, se culpa indiscriminadamente a la redacción del artículo 20 del convenio de la situación de las jugadoras presentes en la lista de compensación, cuando es el anexo de la lista, su demora a ser aprobada por la Comisión Paritaria y la aceptación de la ACFF de las cantidades fijadas la culpable de la situación. El artículo 20 está redactado en los mismos términos que su homólogo del convenio colectivo de fútbol masculino, ha sido su interpretación sesgada la que ha causado el problema: si la Comisión Paritaria no hubiera aceptado las cantidades fijadas, o hubiera pospuesto su decisión elevándola a debate o remodelación, la lista no tendría validez. Aun así, queda por demostrar que se ha presentado en plazo, puesto que el documento de propuesta a comisión es ya posterior a lo recogido en el artículo 20: se fecha la propuesta a 2 de marzo, cuando el artículo 20 fija como máximo el 1 de marzo para su aceptación por la Comisión. Además, Tamara Ramos, portavoz de Futbolistas ON, hace hincapié en que la propia Comisión Paritaria se reunió a 4 de marzo para aprobar la lista, por lo que habría un defecto de forma que es el que tocará solucionar por la vía contenciosa si en el plazo de diez días la Comisión Paritaria, a la que ha recurrido el sindicato para que medie como es su deber, no tomara una decisión favorable.

Por el momento, las perjudicadas son las jugadoras. Varios nombres de la lista de compensación han expresado su deseo de abandonar el club de origen y buscar un nuevo destino futbolístico. La situación no parece que vaya a solucionarse en lo que resta de temporada –si resta- o no al menos antes de la apertura de ventana de traspasos, debido a la incertidumbre generada por el Covid-19 y el retraso en las sentencias. De renovar –el club tiene la obligación de renovar a las jugadoras de la lista que no encuentren un nuevo destino-, su salario se verá incrementado en un 7% de lo fijado en la lista. En el caso del Levante, esto obligaría a subir el sueldo a Ona Batlle y Eva Navarro en 35.000 euros anuales, o de Damaris Egurrola y Maite Oroz en 17.500. Es difícil de entender que, con la incertidumbre económica y de solvencia de los clubes de Primera Iberdrola en la situación actual, y las reticencias de ACFF a firmar el convenio amparándose en la inviabilidad de fijar un salario mínimo con jornada completa, sea la propia asociación la que haya permitido los términos de este anexo. Tal parece que culpar al convenio, a su artículo, a su anexo, y a las ambiciones de las jugadoras, sea el chivo expiatorio necesario para derogarlo, máxime cuando aún no se ha publicado en el BOE. Esto se debe a la impugnación por parte de UGT del artículo sobre las votaciones sindicales añadido en el último momento, y que deberá ser supervisado por la Dirección General del Trabajo, y modificado o no en base a su decisión. El texto del convenio, a día de hoy, somete a patronal y sindicatos a su cumplimiento, pero no a terceros, donde encontramos a los clubes que no forman parte de la ACFF o a la Real Federación Española de Fútbol. Hasta la publicación definitiva en el BOE, resuelta la impugnación de UGT o la que se pueda derivar de las acciones emprendidas por la modificación del artículo 20 sobre los derechos de formación, no será un documento que obligue al cumplimiento de todas y cada una de las partes involucradas en el desarrollo del fútbol femenino español, lo hayan firmado o no.


Y, entre todo este contubernio, la posición de AFE, cercana a la patronal, de perfil en cuanto a las jugadoras. AFE se posicionó de parte de ACFF en llevar a máxima instancia las reclamaciones de Futbolistas ON sobre el defecto de forma en la lista de compensación, esgrimiendo que había jugadoras en la lista que saldrían beneficiadas por el aumento de salario correspondiente a la renovación, y olvidando la voluntad de las propias jugadoras de cambiar de club o no. El sindicato ha dado de lado las reclamaciones de varias de estas jugadoras, a través de familiares o agentes, y ha preferido dar un paso al lado. Algo inentendible, puesto que su obligación es la de salvaguardar los intereses de sus afiliados, no de los clubes.

El fútbol femenino es, como siempre, el olvidado de las altas esferas. Mientras tanto, varias jugadoras esperan saber qué pasara con su futuro, cuando el presente es tan incierto que no saben si se reanudará una competición en la que, después de semanas de rumores y acusaciones, deberán defender una camiseta que ya se ha cuestionado por parte de aficionados y periodistas que defiendan. Como siempre, serán ellas quienes den la cara, quienes aguanten la vela que deberían sostener otros por ellas.

 

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